domingo, 25 de junio de 2017

No eres tú, soy yo.

No eres tú, soy yo. Soy yo que me alejo, y me gusta volver de pronto. Soy yo que te tengo, y me gusta perderte un poco.

No eres tú, la incondicional; la que me escucha, la que me acompaña aún cuando estoy lucha. 

No eres tú, soy yo. Soy yo que me desquicio; soy yo, porque eso de huir se me ha vuelto ya un vicio.

No eres tú, la que insiste; la que existe aún cuando me enojo o cuando estoy triste.

No eres tú, soy yo. Soy yo que no quiero arriesgarme; soy yo, porque he aprendido a no a desgarrarme.

No eres tú, la que me quiere; la que me abraza y me defiende de aquel que me hiere.

No eres tú, soy yo. Soy yo que no quiero confiar; soy yo, porque todo lo que he hecho ha sido fallar.

No eres tú, soy yo. No eres tú la que quiero. Soy yo quien se va. 

sábado, 24 de junio de 2017

¿Te quedarías si te lo pido?

¿Te quedarías si te lo pido? ¿Permitirías que la sensación de complicidad te inunde de nuevo?

¿Te quedarías si te lo pido? ¿Irías armando una pieza musical con todo y nuestros errores?

¿Te quedarías si te lo pido? ¿Arriesgarías tu verdad por nuestras preguntas?

¿Te quedarías si te lo pido? ¿Serías inevitable en mis peores ratos?

¿Te quedarías si te lo pido? ¿Me dejarías ser en ti y en tus defectos?

¿Te quedarías si te lo pido? ¿Abrazarías nuestros miedos para hacerlos cuajar?

¿Te quedarías si te lo pido? ¿Tomarías mi mano sin tomarle importancia a nuestro "título"?

¿Te quedarías si te lo pido? ¿Soportarías tanto cariño para recibirlo de mí?

¿Te quedarías si te lo pido? Por favor, deja de huir.

Para ti.

No noté cuándo es que te fuiste. No noté a partir de qué momento tu interés comenzó a esparcirse.

Tuvimos un encuentro fugaz... Una forma bonita de mirarnos sin pensar. Esa noche los dos perdimos el suelo y el cielo; esa noche fuimos más y menos de lo que habíamos tenido. 

Terminamos en tragedia; supimos que lo nuestro no tendría otro final que el de una mala comedia. 

Compartimos la desgracia de nuestros cuerpos separados; te negaste a averiguar si el calor en mis brazos podría dejarte curado. 

Pensaste en mí. Pensaste en ti. Quizá no te gustó saberme tuya. Quizá no te importó ser el alma que me arrulla. 

Te tengo en mí. Me di cuenta tarde. Te fuiste ese día; te fuiste y no sabes que tengo un "te quiero" en la garganta. Un "te quiero" que todavía me arde.