sábado, 29 de octubre de 2016

Instrumento desechable

Entre un montón de pelusa. Ahí lo dejaste; vacío, gastado, sin batería. Usado, mal aprovechado, roto. Me costó trabajo mirarlo entre escombros y palabras que ahora son inservibles. 

Quise pensar que era un mal sueño, que no era verdad el desastre ante mis ojos; pero entonces te perdí la fe. Eso era lo que había entre nosotros: fe acumulada.  Fe de la que te ciega a la razón, de la que termina por hacerte pedazos el corazón. 

Parece exageración decir que lo usaste, que fue tu trampolín. Sin embargo, me atrevería a decir que quererte fue como un malvavisco, un antojo, un mal vicio. 

Te entregué un cachito de mi ser en una caja, y te sugerí hacer lo que mejor te pareciera con él, porque confiaba en tu juicio; la sorpresa me la llevé cuando lo utilizaste solamente en tu propio beneficio. 

Me arrepiento por creerte, por dejarte ser tanto para mí; por pensarte más allá de lo que eras, de lo que era yo para ti. Y ese fue el problema: pensar que eramos algo. 

Ante la apariencia y la formalidad,  lo fuimos. Ante la memoria y la honestidad, jamás. Un instrumento desechable, que ahora ya no te funciona más. 

sábado, 8 de octubre de 2016

Quisiera

Quisiera poder soltarte sin que duela. Quisiera desearte lo mejor sin pensar en que pudimos serlo nosotros, pero no quisimos; realmente no quisimos. Quisiera poder darte todo el amor que me queda en un gesto, en una palabra, en un "hasta luego". 

Quisiera pensar distinto, quererte distinto; ahorrarme los malos ratos, y haberte besado más. Quisiera pensarte lejos sin que me tiemble el pecho; quisiera ser valiente como los demás. 

Quisiera no hablarte en participio, quisiera hablarte de todo lo que fuimos al principio. Quisiera regalarte mis enojos, mis intenciones; quisiera seguir dedicándote canciones. 

Quisiera que te vayas y no me olvides, pero tampoco me gustaría ver que tu recuerdo me persigue. Quisiera que estés bien sin mí, quisiera entender por qué tengo que alejarme de ti.

Quisiera guardarte en una caja. Quisiera sentir que tu mano y la mía todavía encajan. Quisiera decirte que en verdad te quiero, y que aunque te vayas, eres lo mejor que me pasó en el mes de enero.