lunes, 29 de julio de 2019

Rebulicio.

Mucho se habla de refugios, y de formas de huir.

Mucho se dice de las veces en que sólo sientes que te puedes hundir.

No quiero nadar contra corriente. No quiero obligarte a que seas fuerte.

Pretendo darte lo que siento; quisiera poner mi hombro y ser tu muro de concreto.

Cuando los días sean nublados; cuando quieras irte, incluso, de mi lado.

No voy a resolver tu vida; sólo pretendo acompañarte mientras encuentras la salida.

Sin expectativas no hay futuro. Lo único que podemos hacer hoy es ponernos a trabajar duro.

Que sepas que, si pudiera, sentiría lo que piensas. Que no hay nada que no puedas hacer, incluso aquello que tanto te cuesta.

No hay modo de cambiarte lo ocurrido, solamente tú puedes continuar, sin darte por vencido.

Lo que sea, tiene solución. Aunque la vida no siempre sea sencilla, ni parezca un mondón.

No tengo mucho qué ofrecerte; tan sólo grietas, tan sólo nudos, tan sólo voz.

Que, ojalá, comprendas que no soy juicio, tan sólo un rebulicio buscando orientación.

Que te abracen mis respuestas, y que no reprimas tus temores.

Que cuando te canses, recuerdes que no está mal esperar a que surgan de nuevo tus fervores.

De pie o de costado; muy feliz o medio nublado; aquí estoy, y de tu presencia me siento honrado. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario