Las personas llegan a nuestra vida y a veces nos toman por sorpresa. Así llegaste tú. Hablar, y encontrarnos en cada conversación es un regalo que guardaré en mi memoria; saberte en la simpleza y en la complejidad, en lo cotidiano, en la causalidad.
Me regalas fotos, me regalas risas; me regalas páginas bien escritas. La brevedad es condena y ventura entre nosotros, es motivo de nuestra gravedad; y de la levedad de tu sentir.
El tiempo nos mide, y no al revés. Encontramos palabras sin usar, convergemos entre miradas. Los retratos nos hacen eco, nos dejan perpetuidad ante las prisas.
Eres compañía de ratos cortos, pero duraderos; de momentos verdaderos. Somos cómplices de una foto sin descripción; de una historia, de una ilusión.
En apariencia lo somos todo; la realidad es que seguimos volátiles, inhábiles. Interpretarnos al mirar es nuestro pasatiempo, y concretar metáforas se convirtió en especialidad.
Los recuerdos no bastan, ni se gastan. Existes en mí todavía; existes, aunque quizá mañana ya no estés.
El tiempo nos mide, y no al revés. Encontramos palabras sin usar, convergemos entre miradas. Los retratos nos hacen eco, nos dejan perpetuidad ante las prisas.
Eres compañía de ratos cortos, pero duraderos; de momentos verdaderos. Somos cómplices de una foto sin descripción; de una historia, de una ilusión.
En apariencia lo somos todo; la realidad es que seguimos volátiles, inhábiles. Interpretarnos al mirar es nuestro pasatiempo, y concretar metáforas se convirtió en especialidad.
Los recuerdos no bastan, ni se gastan. Existes en mí todavía; existes, aunque quizá mañana ya no estés.
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