miércoles, 28 de diciembre de 2016

Me emociono, luego existo.

Es bien fácil querer ir con calma, y tropezar. Es más fácil hacerse el desconfiado, y ceder ante una ilusión. Es sencillo responder, y hasta corresponder. 

La facilidad con la que las emociones nos enredan en el paracaídas y nos sueltan de pronto, es increíble. Las emociones son vuelo y precipicio; son lo que te hace confiar desde el principio. 

La forma de las palabras hace que parezca que tienen contenido; hace que se sienta como si el tiempo se hubiera detenido. El intercambio emocional se convierte en un ritual satánico cuando las envolturas vuelan, y los paquetes van vacíos. 

La desilusión se burla de nuestra convicción, de nuestra decisión. Las emociones son nuestra libertad y nuestra sentencia... A veces son tan sólo parte de la apariencia; y otras sólo víctimas de la evidencia.

Encuentro en ellas la marea que me hace sentir adrenalina y mantenerme expectante; encuentro en ellas la forma más fácil de desesperarme.

2 comentarios:

  1. Es por eso que son tus vicios emocionales.
    Tus palabras tan expresivas me fascinan Patty, saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fernando, muchas gracias por pasar al blog, y por tu comentario. Espero te tengamos de vuelta en algún otro puñito de letras. Saludos. :)

      Eliminar